Laboratorio público: el proyecto de Larraín Matte post Sofofa
En mayo Bernardo Larraín termina su periodo como presidente del gremio de los empresarios. ¿Qué hará después? “Voy a estar en el mundo empresarial”, adelanta. Eso sí, advierte que lo hará “desde un perímetro más amplio”.
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Para llegar a la iniciativa que Bernardo Larraín Matte tiene en mente impulsar cuando deje la presidencia de la Sofofa el próximo 26 de mayo, hay que darse una vuelta más o menos larga. Primero entender cómo lo cambiaron estos 4 años a la cabeza del gremio empresarial. Y luego cruzarlo con dos proyectos a los que dio vida durante ese trance: Un Nuevo Equilibrio (UNE) -agrupación que reúne a empresarios y emprendedores y que armó para hacer frente a la discusión constitucional- y Un Camino Posible (UCP), donde junto a otras 34 personas de la academia, sociedad civil y empresarial hicieron un llamado a la no violencia tras el estallido social. Ahora pausa.
Larraín Matte está en su oficina en calle Isidora Goyenechea, donde funciona Olivo Capital, el family office que organiza las inversiones de la rama que se desprende de Patricia Matte, su madre. Ahí tiene un aro de luz y un micrófono que muestra con orgullo, y que usa cada vez que da entrevistas online. Él reconoce que le gusta estar en los medios, y que de la esfera pública no se va a ir.
"Voy a estar en el mundo empresarial, pero en un perímetro mucho más amplio de lo que algunos entienden. La versión más reduccionista sería la empresa dentro de su perímetro, luego se amplía a proveedores, clientes. Luego se amplia a la comunidad vecina, que también debe sentir un cierto engagement con la empresa y la empresa integrada en un ecosistema ecológico. Y finalmente en un ecosistema institucional, político y constitucional. Es profundamente empresarial el proceso constitucional", asegura.
- O sea, si hacemos la vuelta corta, su rol empresarial va a ser a través de lo público...
- Voy a estar en la esfera pública. Fortalecer nuestro marco institucional no puede ser monopolio de la política, es un desafío de la sociedad civil y del mundo empresarial.
- ¿Vuelve o no a la presidencia de Colbún?
- Sigo siendo director de Colbún. Claramente voy a retomar un mayor compromiso con las empresas, no solo Colbún, y es algo que tengo que conversar una vez que salga de Sofofa. Hasta el 26 de mayo, estoy 100% dedicado a esto. Y ni siquiera he conversado con mis socios en este grupo empresarial, mi familia, qué es exactamente lo que voy a hacer después.
- Siente que tiene la responsabilidad de llenar el vacío generacional que hay en el grupo entre sus tíos (mayores) y primos (menores)?
- Así como tengo la convicción más absoluta que no hay organización social que genere más progreso y bienestar que la empresa, creo que en todas las compañías cuando hay un accionista relevante, controlador, y sobre todo cuando es una familia empresaria, es fundamental que esté muy activo en ellas. Nunca he creído que puedas delegar en profesionales toda la gestión empresarial.
- Pero ustedes tienen los roles ejecutivos en terceros.
- Sí, pero la familia tiene un rol activo en los directorios. Esa presencia es irremplazable. El empresario tiene sobre el escritorio papeles impresos en negro y rojo con apuntes, que cada cierto rato revisa. Dice que estos cuatro años a la cabeza del gremio fueron mucho más intensos de lo que esperaba, que le tocó un periodo complejo y que armó un equipo nuevo del que se siente orgulloso. "Para un presidente que asume un rol como éste, en un año como éste – probablemente los dos años más relevantes de la historia de Chile, al menos en los últimos 30 años- qué mejor que tener un equipo que esté andando y poder trabajar desde el minuto cero, más allá de que siempre se pueden hacer adecuaciones".
- ¿Su sucesor natural es Richard Von Appen?
- Bueno, es que cuando armamos el proyecto Sofofa nos juntamos seis personas, entre ellas Richard Von Appen, por lo tanto tenemos una sintonía.
- Pero usted no le ha dado su apoyo, se ha comentado que han tenido diferencias...
- Un desafío para mí es que este proceso sea ejemplar. En el pasado siempre ha habido conflictos, zancadillas. Yo no me voy a involucrar en la elección de presidente del gremio. Con Richard tenemos mucha afinidad, él mismo ha dicho que quiere ser un continuador si es presidente y va a contar conmigo 100% porque voy a ser consejero dos años más y estaré a disposición del nuevo presidente.
Para preparar el terreno de sus próximos pasos, Larraín Matte comienza con una explicación: "Lo público es un espacio muy amplio, y la mejor forma de participar es a través de una multiplicidad de actores. En el caso de las organizaciones empresariales, tienen que haber grandes empresas y pymes. Ahí están Sofofa, Conapyme, Asech...", dice.
"Pero hay mucho espacio entremedio que está vacío, y ese es el espacio más relevante de todos: la clase media empresarial, esa empresa que no es pyme, y por lo tanto no se beneficia de las políticas públicas que están dirigidas a ellas, y tampoco es grande, por lo que no se beneficia de la fuerza del tamaño. Ese empresario está 100% dedicado a su negocio y no tiene tiempo para estar pensando en pedir una ley especial que lo favorezca", añade.
- Tiene un proyecto para llenar ese vacío...
- Bueno, armamos un proyecto estando en la Sofofa. Es importante que en la esfera de lo público haya emprendimientos, y nosotros armamos dos que tienen una cosa común. Para unir al mundo empresarial y emprendedor hicimos UNE, que partió con un statement público que firmamos 19 personas -entre ellas Diego Fleischmann, Daniela Lorca, Ignacio Canals y Christoph Schiess- para construir las condiciones para que el proceso constitucional salga positivamente. Empezamos a reunirnos con cierta frecuencia, nos organizamos en tres grupos de trabajo -país (marco institucional y constitucional), reactivación económica y sustentabilidad-, contratamos a una secretaria ejecutiva que es Pauline Vial, y estamos en proceso de constituirnos en corporación.
Vuelve a retomar la idea de la esfera pública. "Este es un espacio donde hay necesidades y oferentes. Están los partidos políticos que tienen un rol irremplazable de representación, están los centros de estudios que generan contenido. Y están los gremios empresariales que representan al mundo empresarial en esa esfera. Y quizás lo que hay menos en este espacio son laboratorios o do tanks. ¿Cuál es la principal falla de nuestro sistema político? Que, en general, es incapaz de hacer reformas estructurales de largo plazo. ¿Cuál ha sido la respuesta a los dolores ciudadanos? Respuestas inmediatistas. Las de largo plazo se dilatan y desdibujan, como está pasando en pensiones. Los hiperpolitizados dicen 'esto es problema del sistema de gobierno; o del sistema electoral'. Son discusiones muy pertinentes, pero eso no es todo. Cuando todas las soluciones son políticas, ojo... El método, el proceso, tampoco ayuda. Y aquí sumo a la segunda institución que surgió en el contexto post estallido social y violencia: Un Camino Posible".
Cuenta que con el objetivo de hacer un llamado a la paz social, se generó un espacio diverso políticamente -integrado desde Javiera Parada, Elisa Walker, Felipe Berríos y Alejandro Aravena, hasta Carolina Fuensalida, Juan Claro y Rafel Guilisasti-, que presentó una propuesta al ministro de Hacienda Ignacio Briones: la creación de un Consejo Económico y Social que impulse una agenda de corto, mediano y largo plazo. Como ocurrió en UNE, el grupo siguió en contacto, creó comisiones de trabajo (economía, cultura, institucionalidad y social) y está en proceso también de constituirse como corporación.
- ¿Dónde se conectan estas dos instancias?
- Estos dos mundos hacen la diferencia en cuanto a innovar, emprender y accionar. Esas tres cosas que se requieren en el proceso político. Toma una pausa.
"Esta idea no la he empezado a socializar, pero creo que va a ser bueno tirarla para que me la destruyan: pienso en una especie de laboratorio público". Y ejemplifica: El proceso político va a requerir en la etapa temprana dispositivos de participación ciudadana. ¿Cómo lograr que esos dispositivos no sean capturados por grupos activistas y realmente representen el pensar de la ciudadanía? Bueno, hoy hay tecnología e IA para eso".
- O sea, ¿de ahí podrían nacer startups?
- No necesariamente. Pero te pongo un ejemplo: la fundación La Tribu, que selecciona 400 personas en forma totalmente aleatoria y las conecta con un universo de soluciones posibles que tienen un fundamento técnico. Ellos hacen una encuesta de entrada a las personas, por ejemplo, en el tema pensiones. Cuando entran, se ve una polarización gigantesca. Y después a través de un proceso con inteligencia artificial las exponen a propuestas técnicas que tienen más representatividad. Si hay una misma propuesta que está en LyD y en Chile 21, por ejemplificar, altiro entra. Finalmente, en la encuesta de salida termina habiendo mucha más convergencia de la esperada. Eso nutre el proceso legislativo. Ese tipo de innovaciones surgen desde la sociedad civil, del emprendimiento. Por eso el concepto de laboratorio.
- Aterricémoslo...
- Lo que me imagino es hacer una especie de joint venture en un proyecto específico entre este mundo de UCP y UNE y que agarremos una reforma estructural y propongamos un método que innove en el proceso, combine dispositivos que compatibilicen participación ciudadana con análisis técnico y que luego de este proceso legislativo -que debiera mejorar sustancialmente- se evalúe expost. Uno puede testear con una reforma estructural un proceso desde la incubación, con una especie de colación de patrocinadores -donde se incorporan liderazgos políticos-, hasta un esquema de evaluación expost. ¿Por qué un emprendedor está metido en una cuestión política? Porque no es una cuestión política. Estamos innovando en el proceso. Identifiquemos iniciativas como ésta y que este lab siempre tenga una reforma estructural en desarrollo y que su objetivo termine siendo que eso sea un proyecto de ley aprobado, o bien una iniciativa privada.
- ¿Está pensando en un equipo para este lab?
- Los equipos son de UNE y UCP, juntos arman la iniciativa. Mi punto es el siguiente: Sofofa es fundamental, yo voy a estar dispuesto a trabajar en lo que el nuevo presidente quiera, pero hay que dar múltiples espacios que son complementarios, diversificar la representación empresarial en la esfera de lo público. Porque el espacio de lo público es 100 y nosotros estamos abarcando 10.
- Hay quienes sostienen que sería mejor unir todas las fuerzas en un lugar, por ejemplo Sofofa.
- Esa es la típica argumentación. Pero hoy la lógica es mucho más de red, no puedes llegar y decir "voy a ser el representante de todo el mundo empresarial".
- ¿Eso funcionaba para los tiempos antiguos y ya no?
- Hoy las instituciones centralizadas -si ves la incidencia de la CUT- está disminuyendo. La Asech es otro espacio que tuvo sus problemas en el proceso electoral y no sé cómo se va a proyectar. Está el G100. Por supuesto que va a haber convergencias múltiples, no hay que temerles a los matices y a que haya muchas organizaciones. Porque la capilaridad en red es mucho mas eficiente que hacer crecer una institución centralizada.
- Cuando termine la presidencia de la Sofofa va a dar apoyo público a un candidato presidencial, que asumo que se llama Ignacio Briones por su cercanía a Evópoli...
-No. Lo que sí creo, hablando de candidatos, es que la política es fundamental. Así como es muy importante que en el mundo empresarial sigamos aumentando y profesionalizando la filantropía, es fundamental que como personas aumentemos nuestro compromiso con lo público y con la política, porque una política de calidad generará en el largo plazo más impacto en la educación por ejemplo, que lo que puede hacer una fundación filantrópica. Y es importante que el financiamiento de la política sea mixto, porque el financiamiento del Estado a los partidos, que es lo mayoritario, beneficia al incumbente militante. Es fundamental aportar a la política y hacerlo de forma transparente en el Servel, que es lo que he hecho siempre y estoy haciendo ahora con los candidatos a constituyentes.
- ¿En esta vuelta a quién está financiando?
- A un grupo grande de candidatos, con aportes completamente equivalentes y con esa inspiración. Soy un firme creyente de los partidos, pero me parece también bueno que se sumen independientes, sobre todo aquellos que están yendo en las listas de los partidos. En la política debe haber más competencia, de desafiantes a incumbentes.
- ¿En que invierten en Olivo Capital?
- Ahora estamos haciendo harta inversión en private equity, venture capital, emprendimientos. En particular yo he hecho muchas inversiones en esos espacios en dupla con mi hermano Jorge.
- ¿Qué áreas le atraen?
- Hemos invertido en fintech, en el concepto de realstate tech (inmobiliario tecnológico), principalmente. Nos acercamos a emprendedores chilenos. Acabamos de invertir en una fintech. A veces sumamos a otros miembros de la familia, pero este sector de venture capital y startups cada uno lo hace independiente, sin perjuicios de que contamos con el apoyo de esta oficina. Olivo Capital tiene un portfolio, que si bien hemos evolucionado a uno de mayor riesgo, es más bien conservador.
- ¿Piensa entrar a ese directorio?
- No creo porque está muy bien conformado, yo soy director, fui presidente y cuando llegué a la Sofofa mi hermano asumió ese rol. Hay dos externos -Francisco Gallego y María José Montero- y tres integrantes de la familia: mi madre, mi hermana y un sobrino que tiene mucha vocación pública y está haciendo un máster en políticas públicas en NY.
- ¿Armará una fundación propia?
- No, la fundación de mi madre está abierta para sumar ahí.
-¿Cuáles diría que fueron sus aciertos y errores como timonel de la Sofofa?
-Aciertos, además del equipo, es que se armó muy fuerte un pilar empresarial. Sofofa era como 'la' voz empresarial para influir en el debate de políticas públicas. Eso sigue, pero con un sello relevante de no solo reaccionar a las propuestas que vengan del ejecutivo, o legislativo, sino proponer con una mirada muy paciente y a largo plazo. Hay gente que piensa que tenemos que hablar y al día siguiente, poco menos, se hace lo que decimos. Esos tiempos ya pasaron. Yo hablaba con Juan Claro mucho y me decía: 'Efectivamente cuando fui presidente de la Sofofa, de la CPC, hicimos la Agenda Pro-crecimiento, armamos un equipo de trabajo con el Ministerio de Hacienda y una serie de iniciativas que fueron bien acogidas por el Parlamento y se aprobaron'. Eso hoy es imposible.
-Entonces comparte con Von Appen que los empresarios son poco escuchados...
-Más que decir 'no somos escuchados', tenemos que tener una actitud proactiva. Entremos a la cancha, no esperemos que nos escuchen. Y la forma de hacerlo es con mucha horizontalidad, transparencia, propositividad, con el camino largo de explicar las cosas en un programa de radio, en la TV, en grupos de conversación; a través de alianzas con otras organizaciones para hacer un planteamiento común.
-¿Hoy es más difícil ser empresario que en los tiempos de Juan Claro?
-Cada vez es más difícil, así como los tiempos de Juan Claro fueron más difíciles que los tiempos previos. Un país que se desarrolla, se complejiza, las personas se empoderan, aumentan las expectativas, las brechas entre expectativa y realidad se incrementan, las exigencias son mucho mayores. Nuestro desafío no es negar el interés empresarial, nosotros claramente estamos interesados en que la economía crezca: la empresa solo tiene sentido cuando puede emprender nuevos proyectos. Y eso en una economía que crece. Pero el otro desafío es cómo explicar que ese interés empresarial es totalmente compatible con el interés de la persona con la que estamos hablando. Y agregamos este otro pilar: nosotros no podemos solamente emplazar a la política o al Estado a que emprenda reformas sino también tenemos que emplazarnos a los empresarios a que estemos siempre en una lógica evolutiva.
-Me debe los errores...
-(Silencio). Sale mas fácil comentar las virtudes... Déjame pensar... Estas instituciones son como un barco, hay que moverlas completas. Y un desafío tan relevante como es moverlo para afuera es mover a las personas de adentro en una dirección. A veces uno se va por la libre y no lo socializó lo suficiente con el consejo...
-¿Estaba acostumbrado a actuar con más independencia?
-A las personas que estamos en el mundo empresarial nos gusta ser ágiles, y aquí tiene que haber una integración permanente. Eso quizás me faltó. Socializar, escuchar, procesar.